Usar un antioxidante es muy importante todo el año y se vuelve todavía más necesario en verano ya que previenen la oxidación de la piel y protegen de los radicales libres, lo que posteriormente deriva en líneas de expresión más marcadas, arrugas, tono apagado o incluso manchas.
Los principales beneficios que vamos a obtener cuando incluimos cosméticos antioxidantes a nuestra rutina de cuidado de la piel son claros: más luminosidad en la piel (hola efecto buena cara), prevención y reducción de manchas y una mayor producción de colágeno.