La decisión del presidente Alberto Fernández de, además de intervenir la cerealera Vicentin, avanzar con su expropiación, está generando un clima de inquietud en el campo donde, más allá de la situación de esa empresa en particular, alertan por un avance sobre la propiedad privada.
En simultáneo, se agrega a ese malestar, que en rigor ya viene desde que el Gobierno incrementó las retenciones (en soja, del 24,7 al 30% primero y luego del 30 al 33%, y en maíz y trigo del 6,7 a 12%, entre otros productos) el hecho de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, estaría ofreciendo a los acreedores del país un bono atado a las exportaciones que, según los productores, implicaría la continuidad de las retenciones que quieren ver eliminadas.