SEATTLE (AP) — Aturdido por la fiebre y sin poder respirar, Scott Sedlacek tuvo la suerte de su lado en un aspecto: fue una de las primeras personas atendidas por COVID-19 en el Centro Médico Sueco de Seattle, y los médicos y enfermeras pudieron prestarle mucha atención.
Sedlacek, de 64 años, se recuperó tras recibir tratamiento con un nebulizador bronquial en marzo, pero el tiempo ha hecho poco por reducir el trauma de su enfermedad. Enterarse de los tuits y el video en los que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aconsejaba no tener miedo a la enfermedad -así como la insistencia del mandatario en salir en una caravana ante el Centro Médico Walter Reed y volver a la Casa Blanca cuando aún es contagioso- le enfureció.