Pensemos en aguas cristalinas, playas anchas y de arena blanca, palmeras y una montaña verde como fondo.
Ahora que los viajes se han convertido en un recuerdo lejano para la mayoría debido a la pandemia del covid-19, esta idea parece el sueño de un turista hecho realidad.
Y esta idea es exactamente lo que el gobierno de Indonesia quiere que se nos venga a la cabeza cuando se hable de Mandalika, el diamante en bruto del turismo que ha sido llamada "la nueva Bali".
Pero el programa para desarrollar allí un lujoso complejo turístico, apoyado en gran parte por el gobierno, ha recibido denuncias por violación de los derechos humanos.