No es habitual que México sea el que lleve la voz cantante en un encuentro de los principales productores de petróleo del mundo.
Pero este jueves lo hizo, al dar un sonoro golpe sobre la mesa y negarse a reducir su producción de crudo en la cantidad que le pedían el resto de miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y aliados (OPEP+)
El grupo respaldó un acuerdo para reducir la producción global de crudo en más de una quinta parte en un intento por estabilizar así unos precios que ya están fuertemente golpeados desde antes del inicio de la pandemia del coronavirus.