Julius Isingoma sobrevivió milagrosamente al ataque nocturno por parte de presuntos rebeldes islamistas en el dormitorio de su escuela en Uganda. Aquí recogemos lo que él y otro de los pocos sobrevivientes le contaron a la BBC.
"Me unté la sangre de mis colegas muertos en la boca, las orejas y la cabeza para que los atacantes pensaran que estaba muerto", dijo cuando nos encontramos con él en el Hospital General de Bwera, en el distrito de Kasese, en el oeste de Uganda.
Más de 40 personas, la mayoría estudiantes como él, murieron en el ataque a la escuela secundaria en el pequeño pueblo de Mpondwe, en el suroeste del país, el pasado viernes 16 por la noche.