Un nuevo convoy de la ONU debe llegar este viernes a Mariúpol para evacuar a los últimos civiles refugiados en la acería de Azovstal, el último foco de resistencia en este puerto del Donbás, en el sureste de Ucrania.
La misión coincide con el anuncio de Rusia de una tregua de tres días a partir del jueves para permitir la salida de los civiles atrapados en ese complejo industrial, aunque las tropas ucranianas denuncian que se está incumpliendo.
A pesar de esta incertidumbre, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, anunció el jueves el envío de un convoy hacia esta ciudad asediada por las tropas rusas desde casi el comienzo de la invasión.