A Los Búhos nadie los vio. Aunque las paredes sean suyas en arterias clave de La Matanza como las avenidas Carlos Casares o Juan Manuel de Rosas (Ruta 3), la tarea de pintadas que realizan para el intendente Fernando Espinoza es nocturna y queda fuera del radar de quienes trabajan en sus zonas de dominio, ya sean el diariero de un barrio, un encargado de seguridad de un frigorífico, un parrillero, o un empleado de una agencia de autos. Cuando ellos llegan a trabajar, Los Búhos ya pintaron sus consignas, trazadas en la oscuridad. Y a ninguno de ellos le sorprende que se hable de violencia en el negocio callejero de las paredes políticas, que puso sobre la mesa el Movimiento Evita con una denuncia contra este grupo en la que lo acusa de disparar contra sus militantes, que realizaban pintadas en un paredón de Rafael Castillo que Los Búhos consideran propio.