Tras una jornada electoral relativamente tranquila y con escasas denuncias de incidentes o fraudes, Bolivia se adentra en la noche de la incertidumbre por la demora en el procesamiento de los resultados.
El país sudamericano fue a las urnas este domingo para elegir, un año después, a su nuevo presidente, tras los convulsos comicios que llevaron a protestas, denuncias de fraude y a la renuncia y exilio de Evo Morales en 2019.
Cinco candidatos de diferentes partidos o independientes se presentaron a las votaciones, en las que más de siete millones de bolivianos estaban convocados para decidir si vuelven a entregar el poder el Movimiento al Socialismo y al proyecto político y social que gobernó la nación por más de una década.