En 1967 apareció en la escena underground neoyorquina Valerie Solanas, una desconcertante y joven mujer que rápidamente fue conocida en el ambiente de los movimientos contraculturales de la Gran Manzana como alguien desequilibrada, de temperamento agresivo y pensamiento radical.
Valerie llevaba la mitad de sus 31 años de edad sobreviviendo en las calles de numerosas poblaciones en las que había transitado, desde que siendo una adolescente huyó de su hogar harta de los abusos sexuales que sufrió durante su infancia por parte de su padre.