(Bloomberg) -- A las vacas de Nueva Zelanda les están sirviendo un cóctel generalmente asociado con los hípsters de Nueva York o Londres.
Con un producto llamado Kowbucha, un guiño a la popular bebida fermentada kombucha, uno de los productores de lácteos más grandes del mundo, Fonterra Cooperative Group Ltd., está realizando pruebas para ver si logra reducir la cantidad de metano expulsado por los 4,9 millones de vacas que hay en el país.
El suplemento es el último esfuerzo de los agricultores para resolver un problema cada vez más preocupante, a medida que el país se compromete a alcanzar su meta de emisiones cero.