Durante más de una década el país la conoció como “La Coneja”, la histórica secretaria de Susana Giménez. La misma que agarraba, entre cientos de miles, la carta que llenaba de esperanza de los televidentes que esperaban ansiosos a que sonara el teléfono y pudieran decir “Hola Susana”. Tras varios años de trabajo al lado de la conductora, un día decidió decirle adiós al programa. Alejada de los medios, abrió su propio estudio de danzas en Nordelta. En diálogo con LA NACION, Alejandra Suárez recordó como casi por casualidad empezó a trabajar con la diva de los teléfonos y también sobre su presente, abocada a su familia y su gran pasión: el baile.