Un decreto publicado hoy en Francia reconoce que pesticidas como la clordecona están detrás de enfermedades profesionales derivados de ellos como el cáncer de próstata, cuya tasa en las Antillas francesas es muy elevada. El ministro francés de agricultura, Julien Denormandie, se comprometió en noviembre pasado a este reconocimiento antes de que acabase el año.
La clordecona es un pesticida extramadamente tóxico que ya fue prohibido en los años 90 pero cuyos efectos siguen en los suelos de las Antillas francesas ya que la molécula de la clordecona puede llegar a persistir en el medio ambiente hasta 700 años después de haber sido esparcido.