La tradición monárquica británica es tan longeva que cualquier asunto que afecte a la familia real corre como la pólvora en los medios y se traspasa a las calles británicas como si fueran vasos comunicantes.
"En los meses en los que yo estaba embarazada, hubo (...) preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera".
Así, apenas una frase de los duques de Sussex apuntando al entorno de la realeza, en su ya famosa entrevista con la presentadora Oprah Winfrey, ha hecho surgir el debate no sólo sobre si existe racismo en la realeza británica, sino que muchos se preguntan si en el propio país hay un problema de este tipo.