Suelo pavimentado, altos palmerales, tiendas y terrazas de restaurantes llenas a rebosar: podría tratarse de una avenida ordinaria, pero esta arteria se sitúa en el interior de un centro comercial en Kuwait, uno de los países más calurosos del planeta.
El decorado, en parte artificial, ofrece a quienes lo visitan una ilusión de vida normal en este pequeño petroestado del Golfo de 4 millones de habitantes, acostumbrados a veranos con temperaturas que rozan los 50 grados centígrados.
En el exterior, los viandantes son escasos, incluso en el histórico zoco, donde solo se perciben algunas siluetas y rostros cansados entre la bruma de los nebulizadores.