Tanto Gustavo Petro como Rodolfo Hernández, los candidatos a la presidencia de Colombia, han sido acusados de machistas.
No es lo único que tienen en común: ambos proponen un cambio drástico en la política colombiana y representan un liderazgo muy distinto al que están acostumbrados los colombianos.
A Petro le achacan sus críticas al feminismo y su estilo patriarcal de tomar decisiones. A Hernández le critican algunos comentarios aparentemente discriminatorios y anticuados.
Los candidatos tienen posturas distintas frente al aborto, el rol de la mujer en la política y el embarazo adolescente.
Petro incluso atacó a Hernández por este tema el domingo de la primera vuelta de las elecciones: "¿Mujeres a la casa o mujeres al poder y la libertad?