Desde que buscaron cobijo en Líbano tras haber huido de la guerra de Siria, Samer y su familia sufrieron privaciones e intimidaciones, pero creían que su vida no corría peligro al no vivir en un país en guerra. Estaban equivocados.
El hermano de Samer fue expulsado la semana pasada hacia Damasco y allí lo detuvieron las autoridades sirias.
"Nuestro mayor temor es que desaparezca" y que "nunca jamás tengamos noticias de él", reconoce Samer, de 26 años, que como el resto de refugiados sirios entrevistados por la AFP utiliza un nombre falso por motivos de seguridad.
El ejército libanés llevó a cabo varias incursiones en campamentos de refugiados sirios en las últimas semanas, en que creció la xenofobia en un país que atraviesa una grave crisis económica.