Al interior del partido Morena el proceso de la sucesión presidencial inició cuando López Obrador nombró a los posibles candidatos. Desde ese momento, la disputa por lograr la nominación activó las ambiciones de sus colaboradores cercanos. Al margen de la ley, por más de un año, se promovieron en todo el país, destacadamente Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.
Los medios de comunicación y las encuestas sirvieron para perfilar las supuestas preferencias de los ciudadanos, inclinando la balanza a favor de alguno de ellos. La propaganda apareció en anuncios espectaculares y bardas en diversas entidades, las giras de “trabajo” o aceptación de “invitaciones” a dictar alguna “conferencia magistral” se multiplicaron y en todas las ocasiones fueron cubiertas por los medios.