“Todavía está caminando, pobre... Salió a las 8 de la mañana en auto, llegó a una ciudad que se llama Lviv, a 80 kilómetros de la frontera. Y, de ahí, con un compañero lituano que lo está ayudando, que le está dando una mano, dejaron el auto, porque los últimos 20 kilómetros los tiene que hacer caminando, con dos valijas”.
“El pibe está medio desesperado. Le mandé la frontera que tiene que cruzar, le estoy dando el mayor soporte posible, pero todavía no llegó al cruce. Cuando llegue, va a tener que esperar unas 8 o 10 horas, porque está cruzando una cantidad terrible de gente y de autos”.