Se suponía que se trataba de un viaje más de trabajo: pasar dos semanas en Teherán y regresar a Estocolmo. Cuatro años después, Vida Mehran-nia aún se arrepiente de no "despedirse debidamente" de su esposo.
Ahmadreza Djalali fue convocado en 2016 por las autoridades de Irán. En ese país solía presentar seminarios e impartir clases como experto en medicina de emergencias.
Algo hizo que el día que viajaba su esposa le llamara para desearle feliz viaje.
"Incluso dos semanas separados era mucho que soportar", me dice Vida mientras bebe una taza de café en una cafetería del centro de Estocolmo.