PARIS.- A pocas horas de la fecha clave del 31 de mayo y en el marco del tradicional silencio del Club de París, medios económicos y políticos franceses reconocen que no hay demasiados motivos para que ese organismo informal niegue a Argentina el “tiempo puente” que necesita para organizar la reestructuración de su deuda de 2.400 millones de dólares. A condición, insisten, de que el país respete algunos imperativos.
“El primero de todos es que Alemania y Japón, los dos principales acreedores que acumulan casi un tercio de la deuda, den su visto bueno.