El sábado 19 de julio, los jugadores del Fuenlabrada pasaron por el correspondiente test PCR antes del entrenamiento previo al viaje para jugar con el Deportivo en A Coruña. Un procedimiento rutinario en medio de la euforia de un equipo que de alguna manera se sabía en los “play-offs” de ascenso a primera: solo un punto le bastaría ante un equipo con escasas opciones de mantener la categoría. Todos los jugadores, técnicos y componentes de la comitiva fuenlabreña estaban bien: sanos, sin síntomas, nada de fiebre ni molestia alguna. Sin embargo, contra todo pronóstico, un jugador dio positivo esa misma noche.