SPOKANE, Washington, EE.UU. (AP) — En Washington, un estado profundamente conservador, un destacado legislador expulsado del bloque republicano dice que el coronavirus es un arma biológica extranjera, acusa a los marxistas de aprovechar la pandemia para imponer el totalitarismo y fustiga al gobernador demócrata por imponer cuarentenas y restricciones.
En una teleconferencia en California convocada para imponer límites a la pesca deportiva en zonas rurales no preparadas para recibir a multitudes de pescadores se desató el caos, denuncias de “fascismo” y clamores de “devolver la grandeza a la pesca”.
A todo lo ancho de Estados Unidos, de Pennsylvania en el noreste hasta Oklahoma en el suroeste, funcionarios electos que recelan del gobierno federal e indignados por las órdenes de cerrar iglesias, tiendas de armas y negocios considerados no esenciales en general sostienen que se utiliza la salud pública como excusa para pisotear los derechos constitucionales de la gente.