Será la primera prueba de fuego para Cristina Kirchner, quien podrá palpar en estas primarias no sólo el clima social con relación al gobierno de Alberto Fernández, sino que también tendrá un primer diagnóstico para saber si podrá mantener la cómoda mayoría que le permitió hacer y deshacer a su antojo en el Senado durante los últimos dos años.
Los cálculos más optimistas indican que el Frente de Todos perderá al menos tres bancas en este turno electoral. Un número no sólo aceptable sino hasta lógico teniendo en cuenta las provincias que renuevan su dotación este año.