Al pensar en Galápagos puede que lo primero que le venga a uno a la mente sean tortugas gigantes o playas paradisíacas. Pero para Roberto Jiménez y su familia, es su hogar. Un hogar al que, debido a la pandemia de covid-19, no saben cuándo volverán.
“Primero nos dijeron que hiciéramos una cuarentena de 14 días. Luego, 10 días más y así llevamos más de 40”, le dice a BBC Mundo por teléfono.
Sus vacaciones de tres semanas en la ciudad costera de Salinas, donde su hijo mayor va a la universidad, se han convertido en un suplicio desde que el gobierno de Ecuador, uno de los países latinoamericanos más golpeados por el nuevo coronavirus, decretó medidas de confinamiento que incluían la prohibición de ingresar al archipiélago.