La cantante Britney Spears disfruta desde el pasado viernes de una más que batallada libertad tras 13 años sometida a una tutela legal y económica "opresiva" y muy restrictiva de sus derechos fundamentales. Aunque por el momento su último administrador financiero sigue ejerciendo sus labores para hacer efectivo el traspaso de poderes a la intérprete, lo cierto es que la estrella por fin tiene motivos sólidos para sonreír.
Según fuentes de su círculo más cercano, la princesa del pop reaccionó al dictamen de la jueza Brenda Penny con una mezcla de "risas y lágrimas", incapaz todavía de asimilar que finalmente había recobrado su autonomía personal y financiera tras más de una década a merced de su progenitor, Jamie Spears, quien por cierto se mostró favorable a terminar con este arreglo judicial en cuanto la magistrada le relevó de su cargo.