Por Kate Holton, Emma Thomasson y Stephen Jewkes
LONDRES/BERLÍN/MILÁN, 6 jul (Reuters) - Si ya resulta difícil que tu trabajo sea útil cuando estás confinado en casa y tienes que aguantar el jaleo que montan tus hijos, no hablemos ya de cuando se trata de producir una vacuna COVID-19.
El grupo farmacéutico británico AstraZeneca había estado años preparándose para una pandemia, pero cuando finalmente llegó el momento se quedó plantado ante un frente crucial: unos padres estresados que se han visto obligados a teletrabajar y a enfrentarse por ello con serios problemas para concentrarse.
Así que la compañía reclutó hasta 80 profesores para dar clases en internet a los hijos de los empleados y reprogramó una aplicación de aparcamiento para reservar clases virtuales.