SOACHA, Colombia 9 abr (Reuters) - Sandra Sierra dice estar agarrada de la mano de Dios pidiéndole que alguien lleve alimentos a su casa en medio de la cuarentena en Colombia, especialmente para su hijo Kevin, quien por su condición médica y con las defensas cada vez más bajas corre mayor riesgo de muerte en caso de contagiarse con coronavirus.
El joven de 16 años sufre de bronquiolitis obliterante, una obstrucción inflamatoria de las vías respiratorias que le obliga a permanecer conectado a un tanque de oxígeno de manera permanente prácticamente desde que nació.
A pesar de los anuncios y las promesas del Gobierno de que nadie pasará hambre durante el confinamiento de más de un mes, que se extenderá hasta el 27 de abril, para contener la propagación del COVID-19, la ayuda no ha llegado a muchas de las familias más pobres del país.