El exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric se verá rápidamente presionado por sus jóvenes partidarios para que cumpla sus promesas de rehacer Chile después de que el político millennial consiguiera una victoria histórica en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país.
Boric pasó meses recorriendo Chile con la promesa de llevar una forma de gobierno inclusivo liderada por jóvenes para atacar la pobreza persistente y la desigualdad que, según él, son la parte más vulnerable e inaceptable de un modelo de libre mercado impuesto hace décadas por la dictadura de general Augusto Pinochet.
La audaz promesa dio sus frutos.