Por Nicolás Misculin
BUENOS AIRES, 18 jul (Reuters) - Joaquín Rodríguez, un "cartonero" de 24 años, es una víctima impensada de la desaforada inflación de Argentina: por la crisis, cada vez encuentra menos residuos para reciclar al recorrer diariamente las calles de Lomas de Zamora, en los suburbios de Buenos Aires, con su inmenso carro.
La menor cantidad de basura no solo golpea a miles de argentinos pobres como Rodríguez que subsisten con la venta de plásticos, cartones o botellas de vidrio, sino que es un signo de la caída del consumo por la pérdida de poder adquisitivo de la población.