Podría pensarse que el sorteo del ya famoso avión presidencial de México que se celebra este martes serviría al gobierno para deshacerse del que ha identificado como uno de los mayores símbolos de lujo y derroche de Ejecutivos anteriores.
Pero no será así. Porque en la rifa del avión… no se sorteará el avión.
El equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador deberá seguir buscando comprador al Boeing 787-8 que costó US$218 millones cuando fue comprado en 2012. En su lugar, se sortearán premios por valor del costo actual de la aeronave.
También el fin solidario de la rifa se volvió, cuanto menos, enredado en opinión de muchos mexicanos.