La demanda de vacunas contra el COVID-19 supera al suministro global, y tanto la frustrada población como los gobiernos quieren saber cómo conseguir más. Mucho más. Ahora mismo.
El problema, indicó la especialista de vacunas Maria Elena Bottazzi, de la Facultad Baylor de Medicina, es que “no es como añadir más agua a la sopa”.
Los fabricantes de vacunas contra el COVID-19 necesitan que todo salga bien al escalar la producción a cientos de millones de dosis, y cada pequeño revés puede producir una demora. Algunos de sus ingredientes no se han producido nunca al enorme volumen necesario ahora.