Cuando en la mente aun está fresca la imagen del gol que autorizó Marcelo Bielsa a un equipo rival para cumplir con el Fair Play, la otra cara de la moneda es la del delantero Nikola Grbovic, quien anotó uno de los goles más polémicos del año y terminó inclusive siendo perseguido por los jugadores del equipo rival.
Se jugaba el encuentro entre el Metalac y el OFK Bau010dka, por la segunda división de Serbia, y tras la lesión de uno de los jugadores del equipo visitante, el balón fue despejado por el guardameta, a la espera de paralizar la jugada para que sea atendido.