Cuesta ver a Andrés Iniesta perdiendo los nervios en el terreno de juego, pero eso es lo que ha ocurrido en el encuentro entre el Vissel Kobe y el Oita Trinita (1-1). Pese a demostrar siempre un carácter tranquilo y pacífico, Iniesta acabó alterado y se encaró con un rival.
Corría el minuto 86 del partido cuando Iniesta entró con dureza al central Tomoki Iwata, desquiciado por las continuas entradas que había recibido a lo largo del encuentro. Iwata, mientras caía, retuvo el balón con la mano, lo que cabreó más al ex del Barça, que comenzó a encararse con el rival.