Hacia el final del encuentro disputado entre Alemania y Serbia, una escalofriante plancha a Leroy Sané encendió las alarmas en el Manchester City de Guardiola.
El partido estaba finalizando (1-1). El país báltico había abierto el marcador en el primer cuarto de hora por intermedio del jugador de la Bundesliga, Luka Jovic, que mediante un cabezazo aprovechó un rebote a la salida de un tiro de esquina.
Cuando corría el 91' el volante creativo alemán tomó la pelota, eludió a un marcador, y recibió una entrada criminal en su tobillo izquierdo por parte de Milan Pavkov.