Quién le iba a decir a Bale el 2 de septiembre de 2013, el día de su presentación con el Real Madrid, que su paso por el club blanco iba a estar tan marcado por las lesiones. Su calidad siempre ha estado fuera de duda, pero otra cosa ha sido su rendimiento, que fue muy perjudicado por las lesiones.
El jugador galés ha terminado lesionador en 18 oportunidades en los poco más de cinco años que lleva en el equipo, una barbaridad. La última fue después del partido de Champions contra el CSKA de Moscú, en el tobillo, que le impidió jugar el sábado contra el Rayo Vallecano.