El papel del guardameta en el mundo del fútbol es uno de los más menospreciados. A pesar de ser los primeros en llevarse las culpas por una derrota, en pocas ocasiones se llevan la gloria de la victoria y casi nunca son reconocidos en los premios individuales.
Sin embargo, en el caso de Alisson Becker las cosas son distintas. El portero brasileño llegó al Liverpool el pasado verano procedente de la Roma después de que con el equipo glialorosso llegara a las semifinales de la Champions League por primera vez desde 1991. En el Liverpool consiguió hacer olvidar pronto los horrores de Karius en la final de Kiev contra el Real Madrid y redimió a la afición red en Madrid ganando la Champions ante el Tottenham.