Cuando Mauro Zárate llegó a Boca, hubo un rumor que tuvo mucha fuerza en las redes sociales: al delantero, por llegar al Xeneize, le habrían prometido tener una chance en la selección Argentina.
Pasaron los meses, el jugador no tuvo la adaptación esperada y se convirtió en una fija en el banco de suplentes de Guillermo Barros Schelotto. Vio la final de la Copa Libertadores contra River en el banco de suplentes y no tuvo ni la chance de ingresar algunos minutos.
Con poca continuidad en su club, la Selección no estuvo ni cerca y parecía muy lejana la posibilidad de que tenga una chance.