Las cargadas entre clubes, sobre todo en el fútbol sudamericano, existieron desde siempre y seguirán hasta el último día en el que se patee una pelota, porque forma parte del folklore y de la pasión con la que los fanáticos viven los partidos del deporte más popular del mundo.
En Argentina las chicanas no son la excepción, sobre todo entre Boca y River, los dos clubes más importantes que tiene el país. El Xeneize provoca al Millonario con su descenso a la B Nacional en 2011, mientras que la Copa Libertadores 2018 que le ganó mano a mano en Madrid es la respuesta perfecta de los riverplatenses.