El capitán del Real Madrid solo estuvo presente en el primer tiempo de la visita al feudo del Espanyol. Una fuerte entrada de Sergio García le hizo retorcerse de dolor. El andaluz recalcó que fue el golpe el que le obligó a abandonar, sin riesgo de lesión.
Era el minuto 34 cuando Sergio Ramos asustó a los aficionados merengues que estaban viendo cómo su equipo vencía, a domicilio, en la contienda ante los pericos. Un impacto de la rodilla del delantero nacido en Barcelona dejó fuera de combate al de Camas, que acabó el primer tiempo como pudo.