Sin duda alguna la del martes fue una de las jornadas más aburridas de Champions League de los últimos años. Acostumbrados a ver como dos equipos de la élite futbolística europea se miden cara a cara, poniendo todas sus cartas sobre la mesa y generando ocasión tras ocasión para sumar mínimo un gol, vimos como dos de los duelos más esperados de estos octavos de final se quedaban en blanco, a cero, no pasaron de las tablas iniciales.
Olympique de Lyon y FC Barcelona por un lado, y Liverpool y Bayern Munich por el otro, fueron incapaces de batir las porterías rivales para conseguir encarrilar sus pases a la siguiente fase y dejaron dos partidos soporíferos en los que los aficionados terminaron pidiendo la hora.