Leo Messi fue el protagonista absoluto del duelo entre el Barça y el Athletic de Bilbao en el Camp Nou. El argentino comenzó en choque en el banquillo y en la segunda parte revolucionó a su equipo para conseguir el empate final tras ir perdiendo por 0-1. Sin embargo, Messi se pasó de revoluciones y eso le costó una tarjeta amarilla una vez finalizado el encuentro.
Y es que Messi acabó muy molesto con el colegiado Jaime Latre y tras el pitido final fue a recriminarle algunas acciones que no pitó a favor del Barça.