Martín Palermo hizo historia a lo largo de su carrera. Se convirtió en uno de los máximos ídolos en la historia de Boca, es uno de los goleadores más recordados en la Argentina y el broche de oro de su carrera fue el Mundial 2010.
Diego Maradona lo convocó y fue parte del plantel que llegó hasta los cuartos de final. Su inolvidable partido fue ante Grecia, en el que pudo ingresar y en una de las primeras pelotas que tocó tuvo la suerte de convertir un gol.
Tras su épico gol contra Perú que le dio la clasificación a la Argentina, el Diego no podía dejarlo afuera de los 23 y Palermo no desaprovechó su oportunidad.