Paolo Guerrero vive sus horas más complicadas como futbolista. FIFA confirmó su doping y lo suspendieron por un año. No podrá cumplir el sueño de jugar el Mundial con Perú y ya se perdió la final de la Copa Sudamericana con Flamengo.
Mientras busca de todas las maneras posibles que le levanten la sanción y afirma una y otra vez que es inocente, el experimentado delantero cuenta con la mejor compañía posible: la de su novia.
Ella es Thaisa Michel Leal, una nutricionista brasileña fanática de Flamengo.