La final de vuelta de la Copa Libertadores entre River y Boca, disputada en el Santiago Bernabéu de Madrid, tuvo muchísimos espectadores de lujo desde los distintos palcos del estadio. Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, fue la presencia más saliente de la noche.
El rosarino asistió a la casa del club Merengue junto a su padre Jorge, su hijo Thiago y compartió ubicación con Jordi Alba, compañero de plantel del FC Barcelona, para observar la victoria del conjunto de Marcelo Gallardo por 3 a 1.
Una de las incógnitas pasaba por saber si el astro se iba a decantar por alguno de los dos equipos o si iba a vivirlo como neutral, a sabiendas de su fanatismo por Newell's Old Boys de Rosario.