El paseo de las estrellas del Wanda Metropolitano, a priori, parecía una buena idea. Dejar sellado el nombre de aquellos jugadores que son centenarios con las rayas rojas y blancas. Con lo que no contaron los directivos del Atlético de Madrid ni los diseñadores del estadio fue con que algunos de estos jugadores podrían acabar traicionando al sentimiento rojiblanco y la afición no le dejaría impune. Lo demostraron con Hugo Sánchez nada más ser colocada, con Courtois cuando firmó con el Real Madrid y con Griezmann, ahora por segunda ocasión. Si la placa ya apareció desmejorada el día que firmó con el Barça, ayer, con motivo de la primera jornada, los hinchas atléticos volvieron a descargar su ira contra ella.