A lo largo del semestre y de los años, Marcelo Gallardo demostró que es capaz de encontrar soluciones casi siempre. Figuras que se fueron, jugadores importantes que se lesionaron y el equipo siempre respondió.
La confianza en el Muñeco es total, pero al confirmarse la lesión de Franco Armani, el temor de los hinchas se hizo presente. Era la hora de Germán Lux, arquero que viene demostrando que no está a la altura de uno de los arcos más grandes del mundo.
Odio a Lux. Odio que nunca se tire, odio que nunca cubra el primer palo, odio que siempre sea la cara de la derrota, y por sobretodas las cosas odio que su buzo diga POROTO LUX.