River está en una nueva final de América, la segunda consecutiva y la tercera desde que Gallardo asumió como DT millonario en julio de 2014. No jugó bien en la Bombonera, sufrió más de lo esperado, pero venció a su clásico rival por quinta vez consecutiva en series mano a mano (todos los que jugó Gallardo) y estará el 23 de noviembre en el Estadio Nacional de Chile buscando su quinto trofeo continental.
El 0-1 en cancha de Boca le quitó algo de brillo a la abrumadora superioridad que hubo en el Monumental el 1º de octubre, pero cualquiera que afirme que el conjunto de Alfaro mereció la clasificación por lo hecho en la vuelta estará cayendo en un análisis vacío que poco tiene que ver con lo que pasó a lo largo de los 180'.