Las aguas llegan turbias por el Turia. El ambiente está tenso, tal vez incluso demasiado, y cualquier acción de cualquier punto de la disputa no hace más que caldear todavía más la situación. Durante el encuentro de ayer del Valencia contra el Alavés, en el que, por cierto, los chés ganaron por dos goles a uno, la afición cantó al unísono ‘Anil, canalla, fuera de Mestalla’. Mostraron su desacuerdo con su gestión, intensificado tras la destitución de Marcelino. El técnico se había convertido en el santo y seña del valencianismo. El presidente del club no se quedó quieto y, lejos de hacer oídos sordos, mandó callar a su propia afición.