El 9 de diciembre de 2018 quedará marcado para siempre en la historia de los Superclásicos. Así como River recordará toda la vida el descenso que sufrió el 26 de junio de 2011, en el Xeneize es difícil de superar la derrota en la final de la Libertadores.
El fútbol siempre da revancha y Boca la necesita. Pocos hubieran imaginado que podía ser tan rápida, pero todo indica que podrían cruzarse en las semifinales de esta edición.
El equipo ya no es el mismo que perdió en Madrid.